martes, 12 de septiembre de 2017

La Calle

Camino. Percibo tu olor en la calle, te recuerdo, me resigno.
Sigo, se cruza un cabello parecido al tuyo. Destellos de amarillo, tal vez de rojo (o es el semáforo)
Cambia la luz.
Divago....
Pienso en ti, es en vano... Otra vez.
Pasa un carro, no eres tú, pero lo sigo con la mirada, esperando encontrarte en la ventana.
Te pienso igual.
Cuando volábamos. Y nos mataron a los dos de un solo tiro.

Alguien grita -LOCOS- los que inventaron el amor - le agrego.

Otro día que sabe a ti. Voy entendiendo que no estás.
Una chica me sonríe y podría jurar que me enamoré al verte en sus labios y en sus gestos.
Quedo medio congelado. Pago, sintiéndome todavía endeudado.
En mitad de la calle hablo con mi tú interno, imaginando el chiste que podrías haber dicho acerca de la pareja de enfrente.
A carcajadas te dejo atrás.

Hoy caminé al lado de la idea que tenía de ti.
De aquella primera vez que te vi.
Temblé de momento.
Quise abrazarte como en las mañanas.
Quise llevar el café a la cama.
Quise llevar nuestra cama a la calle.

Si has de querer saberlo, sí, te extraño.
Pero es extraño.
Porque solo extraño esa idea. Esa versión de ti.
Extraño algo que no puede volver, aunque volviera.
Quien sabe si por destino o por descuido.




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