domingo, 29 de octubre de 2017

Tu Miopía, Mi Ceguera

Me tienes entre tu miopía y la retina derecha de tus ojos.
Es que hace falta ser un poco ciego para fijarse en un tipo como yo,
pero puedes leerme en Braillie siempre que desees.
No quiere decir que sea tuyo, significa que soy contigo.

Digo, que tu cara me suena, la tarareo como mi canción favorita.
Te bailo porque sin ojos puedo encontrarte.
Entonces te silbo intentando un solo con tus melodías.
Y me deshago hasta que soy nadie.

Practico el canibalismo mordiéndome la lengua para no hablarte.
Se me va la vida pensando, esta insiste en ir tras de ti.
Te busca para ser más yo.
Y soy, para que seas mía.
No quiere decir seas conmigo, significa que estoy sin ti.

Mirando empezó mi ceguera.
No veía nada que no sonara a ti.
Entre Braillie y baile me niego algo sintigo y a nada con tú.
Y le cambio el sentido hasta que soy de ti.

martes, 12 de septiembre de 2017

La Calle

Camino. Percibo tu olor en la calle, te recuerdo, me resigno.
Sigo, se cruza un cabello parecido al tuyo. Destellos de amarillo, tal vez de rojo (o es el semáforo)
Cambia la luz.
Divago....
Pienso en ti, es en vano... Otra vez.
Pasa un carro, no eres tú, pero lo sigo con la mirada, esperando encontrarte en la ventana.
Te pienso igual.
Cuando volábamos. Y nos mataron a los dos de un solo tiro.

Alguien grita -LOCOS- los que inventaron el amor - le agrego.

Otro día que sabe a ti. Voy entendiendo que no estás.
Una chica me sonríe y podría jurar que me enamoré al verte en sus labios y en sus gestos.
Quedo medio congelado. Pago, sintiéndome todavía endeudado.
En mitad de la calle hablo con mi tú interno, imaginando el chiste que podrías haber dicho acerca de la pareja de enfrente.
A carcajadas te dejo atrás.

Hoy caminé al lado de la idea que tenía de ti.
De aquella primera vez que te vi.
Temblé de momento.
Quise abrazarte como en las mañanas.
Quise llevar el café a la cama.
Quise llevar nuestra cama a la calle.

Si has de querer saberlo, sí, te extraño.
Pero es extraño.
Porque solo extraño esa idea. Esa versión de ti.
Extraño algo que no puede volver, aunque volviera.
Quien sabe si por destino o por descuido.




domingo, 25 de junio de 2017

En La Amnesia Me Acuerdo De Ti

Estoy en estado de no recordarte. De imaginarte frente a mi boca para que me digas todo eso que sientes y sueñas. En el mismo vagón de siempre, donde hacemos este paseo de imaginación, en el que dos cursis o dos románticos se juntan para pensar que hay un mundo en el que los jóvenes creen en el antaño y se enamoran con boleros y poemas.
Amores que se sueñan y no se cumplen. 
Qué lastima que ya no creamos en el amor.
Ahora sólo queremos eternidades de 15 minutos. Tragedia y fortuna que el tiempo contigo pase volando.

Hago mi pausa, este espacio de silencio alberga las miradas que se clavan en la memoria. Me haces nadar en tus ojos, si no me quitas esos mares de encima terminaré arrebatándole el des al ahogo.
Supongo que se acaba mi tiempo.

Perpetuame en tu más allá de este texto, más allá de tu teléfono. Perpetuame en tu piel. Hazme un eternitario de tu ser. Déjame explicarte de dónde venimos y qué significamos.
Olvida que mañana no recordaré nada, se nos ha vuelto común el arte de dejar la conciencia en el andén y echarnos cuentos de nuestro destino.

Y te busco porque quedo con sed, porque quiero beberme tu esencia. Porque eres la paz, la bandera blanca. No lo sabes pero sólo trato de salvarme a mí mismo. Refugiarme en tus suspiros, hablándote de mis penas, tú perdiendo la tuya, poco a poco.
Ya casi.
Majestuosos labios.

domingo, 21 de mayo de 2017

En Ti, Cada Tanto

A ti hay que beberte con los ojos cerrados, sin pensarlo, como esos shots que te vuelan la cabeza.
Repetirte hasta embriagrarse y así verte el doble.

A ti hay que recorrerte con casco, a toda velocidad, excepto en las partes más exóticas, esas son las que guarda mi memoria fotográfica.

En ti hay que migrar, acariciar tus aceras de lunes a viernes, acostumbrarse a explorar tus caderas en bicicleta y tomar el sol desde la comodidad de tu ombligo. Abordar el primer barco hacia tus labios, usarlos como almohada y probar tus dulces sueños. Perderse en tu desierto, que nadie me despierte del espejismo de tu piel.

A ti hay que alunizarte, viajar en la constelación de tu espalda, hacer un recorrido interestelar por todo tu universo, darte la vuelta y encontrarse con el calor de tus dos soles. Descubrir la vida que albergas, para luego ir a marte, pero sin el espacio.

A ti hay que invitarte de la mano, brindarte un trago, una buena conversación y silencios cuando son necesarios. Fumarte hasta el filtro e interpretarte con doble sentido para desentendernos cuando nos riamos más de la cuenta.

De ti hay que cuidarse, no cruzar tus líneas hasta que los pesares se detengan. Ir despacio por tus curvas e igual chocar con los costados de tu cuello. Caminarte por las orillas porque en tu fondo puedo terminar (des)ahogado.

A ti hay que habitarte, remodelar tus amarguras y regarte las esperanzas. Tomar siestas en tu pecho y hacer fiestas en tus cosenos. Comer tres veces al día la comisura de tu boca.

A mí tienes que llevarme de vacaciones por tus piernas, y yo a ti, cada tanto, dejarte acampar en mis brazos.